La vida actual nos lleva a generar perjuicios a la ecología en busca de la comodidad, el dinero, la vida social. En suma, para llevar una vida civilizada.
¿Debemos, para solucionar estos problemas, volvernos ermitaños, abandonar la civilización?
Bueno, esa sería una opción drástica, una forma definitiva de querer dar por terminada nuestra participación en las responsabilidad de que el planeta esté ecológicamente en decadencia.
Pero la realidad y el sentido común indican que la mayoría de las personas no tomará una decisión semejante, no abandonará toda una vida de comodidad por un objetivo con bases tan poco materiales.
¿Debemos, para solucionar estos problemas, volvernos ermitaños, abandonar la civilización?
Bueno, esa sería una opción drástica, una forma definitiva de querer dar por terminada nuestra participación en las responsabilidad de que el planeta esté ecológicamente en decadencia.
Pero la realidad y el sentido común indican que la mayoría de las personas no tomará una decisión semejante, no abandonará toda una vida de comodidad por un objetivo con bases tan poco materiales.
Sí, aunque parezca increíble actuar ecológicamente puede generar dinero extra, puede ser rentable. Mucha empresas se han dado cuenta de esto y han cambiado sus políticas al respecto. Cada uno de nosotros también puede hacerlo, y en muchos casos salir beneficiados con ello.
- El gas natural es un recurso no renovable por lo que tarde o temprano se agotará. La quema del mismo contamina el medio ambiente, aunque en menor medida que otros combustibles fósiles. El carbón, por ejemplo, está entre los combustibles fósiles que más contaminan cuando entran en combustión, y en el caso de tratarse de carbón obtenido por la quema de madera (algo bastante raro en la actualidad) el perjuicio es doble, ya que para obtenerlo tuvieron que talarse los árboles necesarios para su producción
- Cada vez que usted compra el diario o periódico, revistas, o cualquier tipo de productos cuyo envase contengan papel o cartón, usted contribuye a la desaparición de miles de árboles sin que, a cambio, se vuelva a plantar al menos un cantidad equivalente a los árboles talados. La tala indiscriminada de árboles es, entre otras, la causa de que los grandes “pulmones” del planeta, como es el amazonas por ejemplo, están siendo diezmados día a día. ¿Qué hacer al respecto? Es habitual escuchar como respuesta: “plante usted un árbol”. El problema radica que a la mayoría de las personas que viven en la ciudad esto les resulta imposible, o al menos, inviable.
Existe forma en las que usted puede ayudar cotidianamente, sin tener quizás que desplazarse varios kilómetros para plantar un árbol.
Recomendaciones para el cuidado del medio ambiente en actividades al aire libre
Siempre que estemos en la naturaleza, en el campo, en la montaña, o en cualquier paraje natural, es decir, alejado de la civilización, en contacto con fauna y flora salvaje, de aire puro y de otras delicias ecológicas con las que disfrutamos los que nos movemos al aire libre, es lógico que tratemos de evitar todo lo posible impactos negativos que perjudiquen el entorno natural que tanto apreciamos, transformándolo de a poco en aquello de lo que escapamos siempre que podemos: la ciudad y la contaminación.
Hay ciertas normas o reglas fáciles de seguir que podemos recomendar entonces para evitar degradar, en la medida de lo posible, el medio natural con nuestra presencia, ayudando a cuidar la ecología. En general, para todas las actividades en el medio terrestre, entre las más importantes están:
- Seguir la senda o caminos marcados.
- No fumar ni encender fuego.
- No arrojar basura, y levantarla si la encontramos.
- No alterar las señales o marcas de los senderos.
- No pintar las piedras, árboles o rocas.
- No molestar a vegetales ni animales.
- No gritar ni usar luz innecesariamente.
- Dejar las puertas y tranqueras igual que como las encontramos.
- Respetar a la gente de campo, sus cultivos y la propiedad privada.
- No fumar ni encender fuego.
- No arrojar basura, y levantarla si la encontramos.
- No alterar las señales o marcas de los senderos.
- No pintar las piedras, árboles o rocas.
- No molestar a vegetales ni animales.
- No gritar ni usar luz innecesariamente.
- Dejar las puertas y tranqueras igual que como las encontramos.
- Respetar a la gente de campo, sus cultivos y la propiedad privada.
